"Inolvidable" Capítulo 4

“Su mirada”

Una vez más salía del trabajo y estaba muerta. Como era nueva y estaba en un período a prueba me tenían de un lado para el otro, me hacían limpiar, tomar los pedidos y ser cadete. Sentía que ya me estaban utilizando y eso me desbastada. Pero no quería llevar mi angustia al departamento, porque si los chicos me veían así me dirían que renuncie y en verdad no podía, porque necesitábamos la plata.

-  XXX: parece que eres una damisela en peligro constante –dijo mientras le entregaba un pañuelo-

-  Lali: -un poco asustada volvió su mirada a él- parece que así es –dijo ya más tranquila y aceptó el pañuelo- lamento que siempre me veas mal.

-  XXX: está bien, todos tenemos nuestras flaquezas –sonrió tímido- ¿me queres contar qué te pasa?

-  Lali: no… no da –se secó las lágrimas-

-  XXX: ¿es por este trabajo? –la miró- podrías conseguir uno mejor.

-  Lali: tal vez, pero es lo único que conseguí y realmente necesito el trabajo.

-  XXX: bueno, ehh… -la miró- me presento nuevamente, soy Juan Pedro Lanzani, pero me dicen Peter, ¿y vos sos?

-  Lali: -sonrió tímidamente- Mariana Espósito, pero me dicen Lali…

-  Peter: bueno Lali, es un gusto –la saludó- ¿queres que te acompañe a algún lado? Es un poco tarde y no me gustaría que corras la misma suerte que cuando nos conocimos.

-  Lali: no, no te preocupes, mi casa queda cerca.

-  Peter: por favor, déjame acompañarte –insistió-

-  Lali: está bien –sonrió y empezó a caminar- ¿y vos vivís cerca? –preguntó para iniciar la conversación-

-  Peter: no pero, Tincho, el chico que estaba conmigo el otro día acá en el restaurant, sí, vive a un par de cuadras.

-  Lali: ahhh –se hizo un silencio incómodo-

-  Peter: emmm, ahora que lo pienso tu novio no se va a enojar porque te acompaño ¿no?

-  Lali: ¿quién? ¿Gastón? No él no es mi novio, es mi mejor amigo –aclaró- él y una amiga más me acompañan porque somos mochileros, pero como estamos sin dinero no podemos seguir nuestro viaje.

-  Peter: ahh –llegando al edificio- ¿y vos sos de acá?

-  Lali: no, soy de Córdoba –sonrió- igual no se me nota nada la tonada.

-  Peter: no, para nada –se detuvo ya que ella también se detuvo- ¿acá es?

-  Lali: sí –sonrió-

-  Peter: bueno, es un placer habernos cruzado nuevamente Lali –sonrió- espero verte pronto –la saludó-

-  Lali: será un placer –se despidió de él y empezó a caminar- ahh –giró sobre sí misma y lo miró mientras se empezaba a alejar- ¡tu pañuelo! –gritó-

-  Peter: devuélvemelo cuando nos volvamos a ver –sonrió y siguió su camino-

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Cuenta Peter:

Hace unos días había escrito esto:

“La extraño. Sí, la extraño con todas mis fuerzas porque la tengo metida en mí, clavada a fuego en mi alma y siento que voy a enloquecer. La vi tan sólo unas veces, y la he oído en dos ocasiones, pero mi mente hace estragos en mi. Me hace soñarla, me hace necesitarla, me hace pensarla a cada instante… Me hace sentir el dolor que ella cargaba aquella tarde de lluvia y me hace recordar cosas que nunca vivimos.

¿Cómo puede ser eso posible? ¿Cómo puedo tenerla tan presente? ¿Cómo puedo sentir que la conozco de toda la vida, si ni siquiera conozco su nombre? ¿Cómo puedo tener sueños y fantasías tan extravagantes con ella en otros tiempos, casi inmemorables? ¿Qué ha hecho con mi alma, con mi espíritu, con mi corazón? ¿Cómo doblegó todas mis fuerzas y me destinó a esta dulce y ciega agonía? ¿Cómo hizo todo esto? ¿Cómo…? ¿Cómo, con una tierna y temerosa mirada,  se volvió tan absurdamente INOLVIDABLE?”

Pero hoy es todo tan distinto o tan igual a la vez… Porque sí, la sigo extrañando con todas mis fuerzas, más aún que antes, pero esta vez es distinto, esta vez la extraño porque la necesito. Porque hace unas horas la vi y sentí cosas que jamás había sentido.

Ella lloraba una vez más, como hacía rutinariamente después de su agotador día de trabajo, pero hoy algo cambió, por fin me animé a cruzar la calle y dejar de observarla para intentar de algún modo apaciguar sus lágrimas. Y ella en unos instantes me regaló cosas que jamás pensé alcanzar, su confianza, ya que charló conmigo y me dejó caminar a su casa junto a ella; información de donde era y por qué trabajaba allí. Y sobre todo, el más preciado obsequio que me dio fue su nombre. Ahora ella ya no era más la chica sin nombre a la que soñaba, extrañaba y de quien hablaba siempre. Ahora era Lali, la dulce mesera que me volvía loco y me tenía de cabeza…

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-  Euge: -viendo entrar a su amiga- hola ¿cómo te fue?

-  Lali: -sonreía tontamente mientras apretaba el pañuelo que Peter le regaló-

-  Euge: ey Lali ¿estás acá? –movió su mano frente a ella para que reaccione-

-  Lali: ey hola sí, perdón, ¿qué me decías? –preguntó mirándola-

-  Euge: te pregunté que cómo te fue, pero por lo que veo bastante bien, con la sonrisa de tonta que traes…

-  Lali: eh sí, pasa que hoy volví a ver al chico…

-  Euge: ¿al sin nombre? –dijo interrumpiendo el relato de su amiga-

-  Lali: si, pero él ya no es más el sin nombre. Se llama Juan Pedro –sonrió al recordarlo-

-  Euge: ahh… qué lindo nombre ¿y qué onda? ¿cómo lo viste de nuevo?

-  Lali: nos encontramos de casualidad en el restaurant –mintió- su amigo vive cerca creo…

-  Euge: ahh, ya te dio toda su información parece –sonrió- mira si te está siguiendo.

-  Lali: no, ni ahí –pensó como se dieron los acontecimientos y se dio cuenta que tal vez tenía razón pero decidió no darle la razón- fue de casualidad además su amigo me dijo que vivía cerca –volvió a mentir-

-  Euge: ahh… ¿y cómo es? –se sentó en el sofá-

-  Lali: es… -imitó a su amiga- es lindo, tiene una mirada dulce y tierna, pero a la vez un poco apagada como si alguna angustia lo atravesara, pero se ve confiable. Tiene unos lunares acá –le mostró sobre su rostro-, el cabello corto, ojos verdes, una sonrisa encantadora. Es divino y parece un gran chico –pensó en él y se quedó tildada-

-  Euge: -luego de unos instantes- tierra llamando a Lali…

-  Lali: -volviendo en sí- eh si perdón, me colgué pensando en…

-  Euge: …en él ¿no? –la interrumpió-

-  Lali: no, nada que ver, en que mañana tengo que levantarme temprano, en eso estaba pensando –se levantó del sofá y fue a la cocina-

-  Euge: sí, justo a mí me venís a mentir –la siguió- dale Lali si se nota que te encanta el pibe (pensó: pobre Gas, cuando se entere…)

-  Lali: nada que ver –abrió la heladera para que su amiga no la viese- parece buen chico y punto, tal vez seríamos amigos, pero no creo que se dé nada más, además nosotros estamos de paso acá, y a mí no me gustan las relaciones flashees…

-  Gastón: -entrando a la cocina- ¿de quién serías amiga? –preguntó un poco celoso-

-  Euge: del chico que la ayudó el día que llegó acá, lo encontró hoy en el restaurant y le pareció un buen chico…

-  Gastón: ahhh mira qué casualidad, que justo te lo encuentres ahí… No será que te está siguiendo ¿no? Ni siquiera sabes su nombre, por ahí es un secuestrador o algo… -empezó a fabular todo eso para que tuviera miedo de él y se alejase-

-  Lali: primero no tiene cara de secuestrador, segundo ya sé su nombre y tercero no sé por qué se alarman tanto, parecen mis viejos posta que no me dejan hacer nada porque tienen miedo. Yo ya soy lo bastante grandecita para manejarme sola eh… -terminó de armarse un sándwich- Y ahora si me disculpan me voy a mi cuarto mejor –se fue y se encerró para no pelear con sus amigos-

-  Gastón: pero Lali… -intentó hablar con ella-

-  Euge: déjala amigo –lo frenó- y yo que vos si queres estar con ella decile lo que sentís de una vez, porque creo que tiene un poco de interés en el chico –dijo directa- y peor va a ser que salgas más lastimado luego…

-  Gastón: sí, tenes razón –dijo cabizbajo triste por la noticia-

Me retiré de la cocina porque odiaba el mal humor que tenía Gastón cada vez que hablaba de Peter. No entendía por qué se enojaba tanto y le tiraba tanta mala onda si ni siquiera lo conocía al pobre chico, como para poder decir algo. Además desde que nos conocimos no ha hecho nada malo, y ha sido muy cortés y bueno conmigo. Pero a Gastón, le molestaba todo y creo que ya sé qué le puede ocurrir y más luego de su nerviosismo en aquella charla que tuvimos sobre la chica que le gustaba y la manera rara en la que se comportaba con Euge, siempre hablando en secreto. Y espero que lo que estoy pensando no sea cierto…

De todos modos no quería darle mayor importancia a eso, así que terminé de cenar y me puse los auriculares, para escuchar música. Necesitaba desconectarme un rato del mundo, y del único modo que lo podía conseguir era así.

-  Lali: "Porque cuando habla con sus ojos, dice cosas que no puedo entender…" -cantaba mientras inevitablemente dibujaba en un cuaderno-

-  Peter: sí Tincho, hoy me animé a hablarle, se llama Lali –dijo sonriente al teléfono- no sé si ir mañana ya, pero vemos… dale, dale mañana te llamo –cortó y corrió a poner más fuerte la música de su reproductor y se puso a cantarla-“Y ya no sé cómo vivir, si ya no puedo sacarla de aquí...”

-  Lali: "Fue como un cuento, se fue como el viento. A veces me digo que tal vez me lo invento…" -cantaba en su cuarto mientras terminaba de darle los últimos trazos a su dibujo- Te me has vuelto inolvidable Lanzani… -se dijo a sí misma mientras observaba que su dibujo era un retrato del chico-

-  Peter: tal vez tenías razón viejo –decía mientras miraba una foto de ellos juntos y la música solo se oía de fondo- Tal vez ella sea la mujer de la que hablabas –sonrió recordándolo-

(Flashback: -  Pablo: porque se va a volver para vos inolvidable, y porque te va a cambiar para siempre hijo. Ella va a llegar a tu vida y te va a arrasar como un huracán…)

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{ - Lali: ¡basta! –empezó a tirar todas las cosas al piso y a desarmar todo el cuarto mientras el dolor y la angustia la ahogaba-

No podía más… Sentía que el corazón se me oprimía y no aguantaba más…

Veía sus ojos y volvía sentir dolor, porque lo buscaba en vano y no daba con él. Empecé a respirar errática y corrí hacia ningún lugar. Y entonces la lluviase hizo una vez más presente en la ciudad. Me refugié en un bar y pedí algo caliente, como si eso pudiera calentar el frío de mi alma...

Miré afuera y por el gran ventanal sólo podía verse a la gente empaparse hasta los huesos.  Pero él a pesar de mojarse por completo no quiso refugiarse, sino que me dedicó su triste mirada y siguió su inefable camino. Sin más remedio, dejé una propina sobre la mesa, y determinadamente me decidí a seguirlo, pero de nada sirvió ya que una vez más él había desaparecido.}

-  Lali: ¡No! ¡No! ¡Volvé por favor! –gritó mientras despertaba- fue otro sueño… -se explicó así misma-

Cuenta Lali:

A esta altura ya no sabía que pasaba conmigo misma, pero tomé el cuaderno en el que le contaba las cosas a mi hermana y escribí:

“Cerré los ojos y me dejé llevar por todos mis sentimientos, hasta que un manantial empezó a correr por mis ojos. Y a fuera el clima se acompasaba a mi sentir… El dolor latía fuerte y la angustia se clavaba cual puñal en el pecho.

Miré el cristal de ese frío bar y me encontré con sus ojos igualmente sufrientes, y no entendía nada… Me desencajaba esa mirada que parecía comprenderlo todo, pero eso era algo realmente imposible; yo no lo conocía, ni él me conocía a mí. Ninguno sabía siquiera quién era el otro, pero él me miraba como si supiera mi pesar, como si estuviera conectado a mí, como si en verdad me conociera…

Hoy… juzgo a ese sueño como un espectro, como un juego de mi mente, pero a decir verdad nunca antes viví algo así… tan INOLVIDABLE…”

FIN DEL CAPÍTULO IV

Wow qué capítulo, creo que cada vez la novela se va complicando más y a la vez se va aclarando más jaja, suena paradójico pero así es...

Y bueno este es el último capítulo de la semana hasta que termine de rendir, y ahí si voy a poder subir más seguido, se los prometo.

Mmm... desde ya les doy mil gracias por los comentarios y por las visitas de países nuevos y de los que siempre están. Son asombrosos.

Y ya saben cualquier comentario, duda, corrección, etc, etc, lo dejan acá abajo o en mi twitter @Yesi_xsiempreTA

Ahh y le dedico este cap, a todos pero en especial a mi amiga Dai Demarchi, gracias por unirte a la lectura de la nove :)