AMORLALITER

AMORLALITER

26 octubre, 2014

"Inolvidable" Capítulo 27

“Ilusiones”


Cuando los días se hallan sustanciados de recuerdos uno aprende a no creer lo que ve porque parece inverosímil. Mira, toca, acaricia, siente hasta recapacitar que lo que tiene frente así no es la presencia mentirosa, que cuando uno extraña, se inventa para no sentir tanto dolor. Uno cercena una parte de sí para dar paso al olvido, cuando se da cuenta que lo que imagina nunca sucederá. Así me pasó con Peter cuando lo vi parado al frente de esa habitación. Pensé que no estaba, que era un dulce y hermoso sueño que mi mente creaba para que no necesitase tanto su presencia. Pero me desengañé al tenerlo ahí delante de mí llorando a mi par, respirando a mi par, palpitando a mi par.

Por fin había de acabar todo. Por fin yo recobraría mi libertad, mi paz, mi vida. Tendría la compañía de tantos que me hicieron falta y tal vez, también recuperaría su compañía… Tendría otra vez días de lluvia para caminar bajo ella o días de sol para echarme bajo un árbol y encontrarle formas a las nubes. Tendría la oportunidad de volver a ser yo, porque fue justamente eso lo que Pablo me quitó, mi oportunidad de ser yo misma. Me quitó mi libertad, mis anhelos, mis sueños y me los transfiguró por las simples ganas de no estar ahí y la repulsión que me causaba su presencia…


Pero a veces las cosas no se dan como uno siempre lo imagina. A veces las cosas trastocan la realidad y algo impensado ocurre. Así, después de tanto luchar por Peter, por mi hijo y por mí el destino desafortunadamente jugó en nuestra contra. Y sí, no era demasiada la inclemencia que habíamos padecido ya, hasta ese momento en que un funesto disparo tuvo que dar con el cuerpo de Peter. Me encendí en cólera, luego, y aborrecí con el alma a Pablo, pero como la luz al final del camino aparecieron policías, Tincho, Euge y Gastón a ayudarnos y ese mal sueño por fin había acabado.

-  Lali: ¿estás bien? Amor háblame –lo recostó en su pecho mientras lo miraba-


-  Peter: sí –sonrió mirándola- ¿y vos amor? –empezaba a lagrimear- ¿estás bien princesita? –le acariciaba la mejilla-
-  Lali: shh, no hables te va a hacer mal –dijo y mientras llegaron los paramédicos-
-  Peter: estoy bien –aclaraba tomado de la mano de ella- a ella llévenla está embarazada –dijo con los ojos llenos de lágrimas-
-  Euge: -apresurada- vamos, vamos. Los dos van a estar bien –prometió mientras metían a ambos en dos ambulancias-


Las ilusiones son lo que nos motivan a seguir cuando ya nada queda. Lo que nos enseña a luchar aunque el final del camino resulte sinuoso e irresuelto. Nos enseña a ver más allá de lo que creemos ver, más allá de nuestros ojos. Nos enseñan a reparar en esos pequeños instantes que hicieron la diferencia: esa tarde observando desde lejos a una mujer que nos cautiva, porque tal vez cobardes, tal vez deslumbrados por su belleza no nos atrevemos a invitarla a cenar; o ese momento en que tomados de la mano, caminando por una plaza descubriste que no hay nada que te llene más de felicidad que tener la suerte de tenerla a tu lado; o la noche en que no pudiste dormir desvelado por su angelical presencia al lado tuyo.


Las ilusiones son ese jardín donde nos refugiamos con nuestro amor a planear una historia juntos, o donde vemos a nuestros hijos corretear junto a la mascota de la casa. Las ilusiones son los hilos conductores hacia un futuro mejor. Es la recapitulación que necesitamos para seguir nuestro destino. Las ilusiones son esos pequeños regalos que nos construyen solamente la gente que nos ama para nunca desistir a nuestra lucha.

De ilusiones no se vive, lo sé bien. Pero por la ilusiones luchamos con todas nuestras fuerzas hasta contra lo imposible, porque más allá de la fe en algo o en alguien muchas veces lo único que nos queda cuando ya nada nos queda son las ilusiones. Y de eso puedo hablar segura, porque siempre que iba a caer, a desistir a mi lucha, a entregarme por completo la ilusión de volver a tener a quienes amaba cerca podía más. Me imaginaba a mis viejos felices por su nuevo nieto, a mis hermanos y a mi sobrino chochos con el embarazo, a mis amigos acompañándome en todo y a Peter rescatándome de este encierro para luego formar nuestra familia. Esa era mi ilusión y era en lo único que confiaba hasta que un día ocurrió; porque siempre que deseamos algo con mucha fuerza siempre se cumple.



-  Tincho: permiso… -dijo entrando al cuarto- ¿cómo estás peti?
-  Lali: no soy petiza… nací con las piernas cortitas no más –sonrió-
-  Tincho: -rió- ah buen... estás mejor parece –se sentó- te traje unas flores –las puso en la mesa de luz- me preocupaste mucho vos…
-  Lali: sí, me contaron que gracias a vos estoy libre –sonrió- ¿por qué me ayudas tanto?
-  Tincho: porque… sos como la hermana que siempre quise tener y no iba a permitir que nadie te haga daño a vos, a Ikky o a mi sobrino.
-  Lali: o sobrina –agregó-
-  Tincho: estoy seguro que es sobrino –sonrió-
-  Lali: gracias, de verdad gracias por todo.



-  Tincho: no es nada –se tapó la cara porque estaba a punto de llorar- ahora te dejo que descanses y te recuperes para que mi sobri nazca sano y fuerte, que cuando sea grandecito lo llevo al club. Va a ser el AA más joven de todos.
-  Lali: seguro –sonrió y le dio un beso en la mejilla antes de que se vaya- te quiero mucho Tincho y gracias en serio.
-  Tincho: no es nada…
-  Lali: ah Tincho ¿y Pitt?
-  Tincho: llorando como nena. Fue a penas un rasguño y él ya está diciendo que va a morir.
-  Lali: ¿en serio? Pobrecito mi amor.
-  Tincho: nada de pobrecito, es re maricón. En un rato terminan de vendarlo y lo traigo… -se fue-

Un rato más tarde…


-  Peter: permiso… -entró a la habitación y observaba como ella dormía- sos tan linda –suspiró-
-  Lali: gracias –sonrió despertando- hola… -lo miró-
-  Peter: hola hermosa ¿cómo te sentís?
-  Lali: bien, estamos muy bien –se miró la panza- ¿vos cómo estás?
-  Peter: me alegro –la tomó de la mano- Estoy bien, fue sólo un rasguño por suerte… -hizo silencio- Lali yo…
-  Lali: Peter yo… -dijo al unísono- habla vos –sonrió-
-  Peter: no, habla vos
-  Lali: gracias por arriesgar tu vida por mí pero no deberías haberlo hecho, ahora tenes un hijo y…



-  Peter: shh –la calló- tenía que salvar a mi hijo y a su madre –sonrió- yo soy capaz de dar la vida por ustedes amor –la miró a los ojos-
-  Lali: pero… ¿y Natalie? ¿y tu hijo?
-  Peter:  Natalie es cómplice de Pablo y no me sorprendería que ese hijo no fuera mío, pero ese es otro tema… -la miró- ahora me preocupan uds –hizo el amague de poner su mano sobre la panza de ella y luego la apartó de inmediato-
-  Lali: -sonrió- ¿queres tocar? –le preguntó y antes de que él dijera algo le tomó de la mano- hola amor, te voy a presentar a una persona muy importante… él es tu papá y te ama mucho, mucho –apoyó la mano de él sobre su vientre-



-  Peter: hola hijito o hijita –dijo emocionado mientras acariciaba la pancita de ella- no sabes como quería estar con vos… yo soy un idiota –dirigió la mirada a ella- debería haberte cuidado más amor… mira todo lo que me perdí…
-  Lali: no es tu culpa, vos no sabías nada.
-  Peter: pero, debí buscarte más, debí luchar, debí ser más fuerte –dijo a punto de llorar por toda la situación-
-  Lali: no podemos volver el tiempo atrás ya, no tenemos una máquina del tiempo. Pero sí podes disfrutar este momento –le dijo segura y apoyó su mano sobre la de él- tengo la sensación de que le gusta que le hable –cambió de tema- aunque aún no ha dado ninguna señal –sonrió- es chiquitito todavía –tomó algo de la mesa y se la dio- es la primera ecografía que me hicieron en cuanto llegamos
-  Peter: –tomó la ecografía entre sus manos y se emocionó aún más- es hermoso o hermosa –observa  hasta el más mínimo detalle- tiene tu boca haciendo pucherito –rió-


-  Lali: y tu  lunar y tu nariz de poroto, mira –le indicó sonriendo-. En todo el tiempo que llevo embarazada nunca pude verlo, pero me lo imaginaba así, con un poco de vos, con un poco de mí…
-  Peter: es lo más lindo del mundo, como vos –la abrazó con todas sus fuerzas- Gracias por todo, gracias por hacerme papá, por amarme tanto, gracias Lali…
-  Lali: -lo abrazó también porque recordaba que había necesitado mucho sentirlo así, tan cercano- gracias a vos por hacerme mamá y por dejarme descubrir que no hay amor más grande que el que nos une a un hijo –lo miró- ahora te amo el doble.



-  Peter: y yo el triple. Gracias –junto la frente de ella con la suya- gracias por resistir y por tanto amor. No me va a alcanzar la vida para agradecerte -le dio un beso pequeño en los labios- Te amo Lali.

Ella no emitió palabra alguna. Ninguno de los dos lo necesitaba. Simplemente se miraron en silencio, diciéndose lento y a la vez con prisa todo lo que se habían necesitado el uno al otro, lo que se habían esperado y hasta cuánto se amaban. Luego, él se acercó los pocos centímetros que los separaban y la besó. La besó como si no existiera nadie más, como si el tiempo no hubiera pasado, como si el mundo solo les perteneciera a ambos. Ella tomó distancia, lo observó por unos escasos segundos y exhaló en paz, mientras se arrojaba nuevamente a los brazos de él y se escondía en su pecho como pidiendo que ya nunca más la dejara sola, como deseando escudarse en él para siempre.



Había pasado un total de 3 días y mi nenita, sí ella seguía siendo mi nenita, seguía ahí recuperándose y recuperando el peso que debería haber tenido. Yo no me apartaba de su cuarto e iba a toda hora a buscar todo lo que se le antojaba, ya no quería perderme un segundo más de su embarazo.

Nuestros amigos y mi familia venía regularmente, casi cumpliendo un ritual, dejando flores, algún deseo de que se recupere pronto y mirándonos felices cuando nos veían juntos. También, Lali recibió un par de videollamadas de su familia, la cual se había enterado de todo y se había preocupado, pero por pedido de ella no fue permitido que vinieran a verla.

Estaba feliz y yo no quería interrumpir esa felicidad, así que decidí ocuparme de todo lo relacionado a Pablo, a Natalie y a mi hijo por mí mismo. Ella había recobrado su paz y no permitiría que nada lo opaque.



-  Lali: ¿y tu hijo? –preguntó de golpe desconcertándolo-
-  Peter: pedí un examen de ADN –contestó en seco, evitaba hablar de ese tema con ella-
-  Lali: ¿y si fuera tu hijo? –desvió la mirada de la tv y lo miró- yo no quiero que estés conmigo por obligación, tenes derecho a formar tu familia con quien amas.
-  Peter: vos sos la mujer que amo –la miró- y si fuera mi hijo, lo cuidaré, lo criaré y no dejaré que le falte nada material ni mi amor, no podría, pero tampoco puedo obligarme a estar con alguien a quien no quiero –contestó-
-  Lali: pero…



-  Peter: pero nada hermosa… vos no te preocupes por eso ¿sí? –le dio un beso en la mejilla- En fin… mañana ya te dan el alta ¿queres que hagamos un almuerzo en casa para celebrar? Mamá quiere verte por allá…
-  Lali: está bien, pero ahora quiero estar sola.
-  Peter: -la miró sin entender- ¿te dije algo malo? ¿te enojaste?
-  Lali: me cambiaste de tema –se cruzó de brazos- nunca te veo preocuparte por nada… quiero decir que no quiero que cambies tu vida por mí, no lo necesito –cambió su enojo por tristeza- te amo, pero pude sobrevivir sin vos –dijo con la voz rota y a punto de llorar- y podría volver a hacerlo nuevamente.



-  Peter: -se sentó a su lado- ey, no llores –acarició su mejilla- sé que no me necesitas, lo veo en tus ojos. Veo que cambiaste, veo que sos mucho más fuerte pero también te veo asustada, veo tu miedo y yo no quiero que vivas así. Y sí me preocupo, lo estoy haciendo pero no te lo digo porque necesito que estés tranquila, quiero que estés bien por vos y por el bebé. Si sale positivo el ADN me haré cargo pero eso no quiere decir que te quitaré de mi vida porque te amo en serio y no pienso alejarme nunca más de vos.
-  Lali: ¿sí? –hizo puchero llorando-
-  Peter: sí linda –sonrió- te ves más hermosa con tus cambios de humor.



-  Lali: ¿me estás diciendo bipolar?
-  Peter: no, amor. Sólo digo que es lindo ver como cambias de humor, se nota que el embarazo te pone así y es lindo recordar que tenes una personita creciendo acá –puso la mano en su vientre-
-  Lali: no trates de arreglarlo, me dijiste bipolar –se enojó una vez más- ándate –iba a llorar de nuevo- ah y tráeme helado de chocolate pero vos no vuelvas… no te queremos más
-  Peter: -rió- bueno hermosa –le dio un pico-
-  Lali: no me beses, estoy enojada, salí, salí –lo empujó un poco- perdóname, vení dame un abrazo –lo abrazó- igual quiero mi helado eh –sonrió-



-  Peter: bueno voy a buscarlo –rió y le dio un beso- te amo.

Al otro día Lali ya estaba más tranquila, pues los cambios de humor eran producto del embarazo, y para ser sincero a mí me encanta eso. En fin, luego de unas horas ya estábamos marchando a la casa de mi mamá a almorzar todos juntos, y ahí también íbamos a darle una pequeña sorpresa pero la sorpresa me la llevé yo después de unas horas, cuando fui a abrir la puerta pues el timbre sonaba con insistencia.

-   Peter: ¿qué haces vos acá?
-  XXX: necesitaba verte…



FIN DEL CAPÍTULO XXVII

Hola ¿cómo están? Espero que bien, y también espero que les guste este capítulo. A mi personalmente me encantó escribirlo porque Peter y La empezaron a acercarse una vez más y además porque están intentando formar esa vida que siempre imaginaron.
En fin, cambiando de tema. Falta poquito para que el blog cumpla un año (el 4/11), ¿pueden creerlo? ya hace un año que estamos juntos y la verdad tengo muchísimo que agradecerles, pero trataré de hacerlo ese día con detenimiento. Pero mientras quiero que me cuenten qué recuerdos tienen de este año compartido con las noves, cuáles fueron sus capítulos favoritos ya sea de "Te Esperaré" o de "Inolvidable", cómo llegaron al blog, o lo que quieran contar acá debajo en los comentarios o en mi twitter @yesi_xsiempreTA. Nos vemos prontito. Besos

13 octubre, 2014

"Inolvidable" Capitulo 26

“Zona de promesas”


Cerré los ojos un momento y luego cuando los abrí, el brillo en mis ellos empezaba a delatarme, quería una vez más llorar. Pero, con más ansias deseaba matar a Pablo porque como todos me advirtieron nada era como parecía y como decía en la carta Lali la había pasado muy mal y según parecía porque esa basura la tenía amenazada con hacernos algo…

Después de todo sentía que el mundo mismo se me desmoronaba y mientras una canción sonaba casi inaudiblemente uno a uno iban cayendo los pensamientos. Y de pronto, comprendí todo. Y de pronto, también, me dolía todo. 


Marqué un número conocido y esperé entender por qué hace tanto tiempo me decía cosas que de ciego y sordo no quise ver ni escuchar.

-  Euge: ¿qué vamos a hacer? No podemos seguir acá sin hacer nada, hay que accionar chicos.
-  Tincho: hay que esperar Euge.
-  Euge: ¿esperar qué? Harta estoy, harta me tienen. ¿No entendes que ella está mal ahí; que necesita estar afuera con el papá de su hijo o hija o con sus amigos por lo menos; que sus viejos cada vez que llaman me preguntan por ella y yo les miento llorando?


-  Tincho: lo sé -la abrazó- sé lo mal que está todo esto. Que es una mierda y créeme que si fuera por mí estaría matando a ese tipo con mis propias manos pero yo no puedo permitir que a nuestro sobrino le pase algo. No me lo perdonaría nunca poner en peligro la vida de ambos.
-  Euge: lo siento
-  Tincho: ¿por qué?
-  Euge: porque vos siempre pensas con la cabeza fría y nosotros siempre queremos resolver todo en caliente, sacados.
-  Tincho: eso es lo que más aprendí de la peti. Ella me corrigió y me ayudó a mejorar. Y aunque nunca lo vieron ella se volvió una gran amiga para mí. Era como mi hermana.




-  Euge: no digas ERA.
-  Tincho: bueno es. Ella es un sol que siempre ilumina todo y es como re loquita resolviendo mil cosas a la vez, ayudando a todos. Por eso -empezó a llorar- quiero que salga todo bien, porque ella una día me dijo que alguna vez le temió a todo en la vida pero que cuando conoció a Peter, todo cambió y que sólo por él se arriesgaba a todo, incluso a formar una familia.
-  Euge: no sabía todo eso...
-  Tincho: le hiciste mucha falta para que te lo pudiese contar -sonó su teléfono- es Peter...

{Comunicación telefónica:


-  Peter: Lali... -susurró-
-  Tincho: Peter, ¿qué te pasa? Cálmate y decime qué pasó ahora...
-  Peter: Lali, una carta…
-  Tincho: no te entiendo nada así –fingió no saber de qué hablaba-
-  Peter: Lali me escribió una carta. Está embarazada de mí y Pablo la tiene amenazada parece -soltó todo de golpe-.
-  Tincho: ¿qué? Para estoy yendo para allá. Vos tranquilízate vamos a solucionar todo esto pronto. Estoy saliendo -tomó las llaves y cortó-}



-  Euge: ¿se enteró de todo?
-  Tincho: sí y ahora va a querer arrasar todo. Voy a ayudarlo así vemos qué hacemos todos ahora...
-  Euge: ok -vio que él iba a irse- Tincho para…
-  Tincho: ¿qué? -la miró-.
-  Euge: -lo besó- gracias -sonrió-



La reacción más obvia por parte de Tincho fue una sonrisa que no se le borró en todo el viaje, hasta llegar a la casa de su amigo. Una vez allí, respiró hondo e intentó calmarse porque después de ese baldaso frío su amigo necesitaba comprensión y acompañamiento porque como todos sabían era capaz de hacer cualquier cosa.




Cerré los ojos y la tenía ahí delante de mí. Se me venía uno a uno los recuerdos y me golpeaban fuertemente. Volvía a la primera vez que la vi, a su sonrisa hermosa y serena, a esa forma perfecta que tenía de hacer que cuando todo estaba mal se solucione. Volvía a nuestro primer beso, a sus abrazos, a sus caricias e incluso a esos sueños extraños que nunca terminé de comprender. La nostalgia, al fin y al cabo podía tanto que escuchaba su voz por todo el departamento. Me imaginaba cómo hubiera sido si estando a mi lado hubiese descubierto su embarazo. Me imaginaba su sonrisa, y sus ojos brillantes y llenos de felicidad en ese momento. Me imaginaba todo y más odiaba a Pablo y más me odiaba a mí por no haber podido más, por no haber luchado más, por haberla olvidado tan rápido, por haber empezado otra relación, por no haberla cuidado y amado como se merecía.

El sonido tan particular del timbre me anunciaba que mi amigo había llegado para ayudarme, como tanto lo hizo en estos momentos difíciles, que yo de egoísta creí que sólo yo lo padecía. Fui a abrir con los ojos hinchados de tanto llorar y él casi al instante entendió todo, una vez que me vio.


-  Tincho: ¿qué pasó?
-  Peter: léelo por vos mismo –le pasó la carta-
-  Tincho: wow, qué fuerte –terminó de leer y la dejó en la mesa y lo miró-
-  Peter: ¿ves lo que le hizo esa basura? –empezó a caminar de un lado a otro gritando- ¡LO ODIO! Es una basura ¿ves? ¿ves? La está maltratando y ella está embarazada de mí ¡No puede ser! Tengo que sacarla de donde esté, ella… ella… ¡No puede estar en ese lugar! –decía llorando una vez más-.


-  Tincho: -se paró y se puso frente a él- tranquilízate, como estás no podes hacer nada. Lali te necesita lúcido y tranquilo. ¿No ves que está loco, que es un enfermo y que es capaz de todo? Pondrías la vida de ella, la de tu futuro hijo y la tuya en peligro.
-  Peter: la mía no me importa –confesó llorando- ya  no me importa nada si ella no está conmigo. Y más después de saber que es mi culpa todo lo que está pasando.
-  Tincho: no es tu culpa, pero si va a ser tu culpa si actúas en caliente.
-  Peter: ¡Vos no entendes! Eso es lo que pasa, no entendes nada porque no es a vos que te pasan las cosas.
-  Tincho: te entiendo y mucho porque yo también la quiero a Lali y la extraño y yo también la estoy buscando hace tiempo. Yo sé que es fuerte porque cuando me enteré de todo también lo odié y quise hacer de todo contra esa basura.
-  Peter: ¡¿Qué?! ¿Vos sabías? –le gritaba desaforado-



-  Tincho: sí. Estuve investigando y me enteré de todo, hasta lo del embarazo, es más yo conseguí que Lali te escribiera la carta y yo te la traje para que supieras todo por lo que tuvo que pasar.
-  Peter: no lo puedo creer ¡¿y por qué no me lo dijiste?! ¿eh? –gritaba-
-  Tincho: porque te conozco y sé que nunca pensas lo que haces, te encegueces como ahora y así no podes lograr nada. Peter… -trató de calmarlo- te aseguro que Lali te ama como nadie y te necesita entero… yo…
-  Peter: ¿vos qué? ¿Qué más sabes?
-  Tincho: para, no me ataques. Yo se muchas cosas con la que podrías incriminarlo, pero necesito tu ayuda ¿qué vas a hacer? ¿me vas  ayudar o lo hago yo solo? –preguntó amagando a irse-
-  Peter: está bien –lo miró- perdóname, tenes razón –lo abrazó- yo necesito calmarme…

Varios horas después ya estaba más calmado y dispuesto a escuchar todo lo que mi amigo tenía para contarme de lo que había investigado.


Después de esa carta había quedado agotada, pues con la última línea se fue también mi último aliento. Ahora ya no sentía nada, o tal vez sentía aún más todo. Tenía miedo, miedo de que Pablo la descubriera y eso causara problemas y miedo también de que Peter nunca me fuera a perdonar la mentira. Tenía miedo y eso me angustiaba más.


Me recosté sobre una de las paredes de la habitación y me aferré con fuerza a mi pancita que recién empezaba a notarse. Le pedí perdón por no poder darle un futuro diferente, por no poder dejarlo crecer lleno de amor junto a su papá, a sus tíos y abuelos como lo merecía, le pedí perdón también, por mi cobardía. Lloré con cada palabra pero al final con una tibia sonrisa le prometí que nunca iba a permitir que le hagan daño, porque es mi hijo y jamás dejaría que nadie pudiera hacerle nada.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-  Peter: hoy es el día –sonrió al teléfono-
-  Natalie: ¿es el día para qué? –preguntó entrando al departamento-
-  Peter: eh… -cortó- cosas del trabajo –mintió para que ella no sospechara nada-


-  Natalie: ah… tu mamá llamó hace un rato dijo que ería pasar a verte y yo la invité a almorzar, ya debe estar por llegar.
-  Peter: ¿justo ahora tiene que ser? –se preguntó asimismo- Bueno, pero yo más tarde me tengo que reunir con Tincho.
-  Natalie: últimamente pasas más tiempo con Tincho que conmigo y tu hijo vos –le cuestionó-
-  Peter: antes me cuestionaban que estaba lejos de mis amigos ahora que estoy cerca, nunca podré complacer a todos ¿no?


-  Natalie: hay tiempos y tiempos Pedro  -contestó de mala manera y justo sonó el timbre- atendé debe ser tu mamá yo me voy a recostar hasta que esté el almuerzo porque me hiciste doler la cabeza…
-  Peter: sí, sí está bien –la miró sin mucha paciencia preguntándose hasta cuándo debía soportarla- voy –dijo, cuando el timbre volvió a sonar- hola ma –le dijo al abrir la puerta-
-  Claudia: hola hijito –contestó con una sonrisa- ¿cómo estás? –preguntó una vez adentro del departamento-
-  Peter: bien –sonrió- ¿y vos?
-  Claudia: ahora que te veo mucho mejor. Te llamé estos días –dejó su cartera sobre el sofá- pero no
estabas. Natalie me dijo que andabas yendo a ver a Tincho… hablando de Natalie, ella ¿dónde está?



-  Peter: se fue al cuarto porque le dolía la cabeza –caminaba por la cocina-
-  Claudia: ¿discutieron?
-  Peter: no
-  Claudia: Peter –lo miró-
-  Peter: Bueno, está bien, sí. Se molestó porque voy mucho a lo de Tincho.
-  Claudia: un poco de razón tiene.
-  Peter: ¿de qué lado estás vos? –la miró-
-  Claudia: acá no hay lados Peter –vio la cara de “me estás jodiendo” con la que él lo miró- vení, vamos a la terraza –subió con él- ¿qué pasa? –preguntó una vez arriba-


-  Peter: Creo que encontramos a Lali –miró al horizonte-
-  Claudia: ¿en serio? –vio que él asintió- me alegro mucho hijo pero ahora vos estás con Natalie y tenes que cuidar más de ella y de tu hijo.
-  Peter: Lali también está embarazada –soltó de golpe porque sentía que sólo con ella podía ser completamente sincero- y el hijo o hija que espera es mío –sonrió orgulloso-
-  Claudia: pero… ¿cómo puede ser?
-  Peter: -se fijó que nadie pudiera verlos u oírlos y le dio la carta que desde el primer momento llevaba a todos lados consigo- hace unos meses ella volvió para despedirse y estuvimos juntos –explicó mientras ella leía-
-  Claudia: no puede ser –dijo al terminar de leer la carta- Lali… -miró a los ojos a su hijo- te felicitó –lo abrazó-


-  Peter: gracias –la abrazó- Te amo
-  Claudia: y yo a vos –se separó del abrazó y lo miró nuevamente- me alegro de que a pesar de todo llegues a cumplir tu sueño de tener una familia con ella y sé que es lo más importante también para vos, pero debes cuidarte y cuidarla mucho si es como dice en la carta. El bienestar de un hijo es lo más importante, más importante que el de nosotros los padres, nunca lo olvides…



Horas más tarde…

-  Tincho: es ahora o nunca –miró a todos en el auto- Lali está ahí dentro y uno sólo puede buscarla –miró a Peter- ten mucho cuidado y suerte.


-  Peter: -los miró a todos- gracias.
-  Euge: Peter –dijo antes de que se bajara- la policía ya llega pero igual ten cuidado Pablo es capaz de cualquier cosa.
-  Gastón: y Peter… completó cuídala mucho a Lali
-  Peter: te lo prometo y se los prometo: esto acaba hoy y en cuanto crucemos esa puerta –indicó- empieza una nueva vida para los tres.

Entré a ese lugar donde tenían a Lali y con mucho cuidado, silencio y cautela la busqué por todas partes. Recorrí una a una las habitaciones y me aterraba aún más las condiciones en las que había vivido todo ese tiempo ella. Así que me apresuré más y empecé a correr hasta que en la última habitación que estaba bajo candado escuché su voz decir: “no te preocupes hijo algún día volveremos a estar con papá y seremos muy felices”…




Abrí el candado con la llave que habían conseguido los chicos y la vi sentada contra un rincón en esa habitación oscura. Lali soy yo, le dije y ella aturdida e incrédula corrió a verificarlo por sí misma. Te amo, le dije luego con los ojos, al igual que los de ella, llenos de lágrimas. Después la alcé en mis brazos y tratamos de huir pero como yo pensaba nada podía ser tan fácil cuando se trataba de alguien como Pablo, y lo confirmé con el estruendoso sonido de un disparo…



FIN DEL CAPÍTULO XXVI

Buenas, buenas. Volví, después de dos semanas que anduve un poco perdida y pido perdón, es que estoy con exámenes y trabajos prácticos y el poco tiempo que me quedaba me costaba un poco concentrarme. En fin, espero que disfruten este capítulo ya que por suerte Peter abrió los ojos y pudo encontrar a Lali y además lo hizo gracias a personas muy importantes en su vida que nunca les dejaron bajar los brazos porque como bien dice la canción: "tarda en llegar y al final hay recompensa"...
Por otro lado y cambiando un poco de tema quiero agradecerles a todos los que están siempre del otro lado leyendo y haciéndome el aguante, especialmente a todos los que en el capítulo anterior me re defendieron tanto acá como en el twitter. Realmente aprecio mucho cada una de las palabras que me escriben. Y hoy sobre todo, les agradezco y les mando un abrazo enorme a Aldy, Xime, Chari, Gabii, Majo y a la chica o chico que me saludó desde Haití (no sé tu nombre o te saludaría por el nombre) y a los que aún hoy siguen leyendo mi otra nove #TeEsperaré.
Bueno, eso es todo por hoy así que me voy despidiendo. Besitos. Hasta pronto