"Inolvidable" Capítulo 3

“¿Sueños o Recuerdos?”

-  Peter: ¿me permite señorita? –preguntó muy galante-

-  XXX: claro señor, será un placer –sonrió y le extendió la mano-

-  Peter: el placer es todo mío –la tomó de la mano y empezó a bailar con ella, acompañado de una gran sonrisa-

-  XXX: qué hermosa sonrisa tiene –lo observó- pero debería ser más conservador y guardarla para compartirla con quien de verdad lo merezca-

-  Peter: estoy con quien de verdad lo merece –sonrió aún más y ella se ruborizó- no me diga que la he puesto incomoda –preguntó algo apenado-

-  XXX: no, me ha tomado por sorpresa solamente –sonrió mínimamente- Espero que la señorita que lo esté acompañando no se moleste –le dijo mirándolo a los ojos mientras bailaba con él-

-  Peter: déjeme decirle que ud. Es la mejor compañía –se acercó un poco más a ella bailando- ¿y usted qué opina? ¿el joven que lo acompañó se molestará con mi actitud?

-  XXX: nadie me ha acompañado –dijo segura pero apenada- y que usted me haya invitado a danzar fue un placer –se acercó y le dejó un beso en la mejilla- gracias señor por esta magnífica velada –se despidió educadamente-

-  Peter: ¿te vas ya? –preguntó sorprendido- aún no me has dicho tu nombre…

-  XXX: dejemos que el destino nos encuentre y si así sucede se lo diré –sonrió nuevamente y desapareció-

Una vez más ahí terminaba mi sueño y sin saber su nombre, aunque esta vez todo fue distinto. Ella como en otras noches fue protagonista de él, pero de manera diferente. Esta vez, ambos parecíamos ser miembros de la corte inglesa del 1800 y tantos, bailando un minué. Y aunque me parezca un poco extraño, lo viví de una manera tan intensa que me pareció conocer el lugar, el tiempo, los pasos y la música a la perfección.

De todos modos la singularidad del sueño reposa en ella, en su mirada dulce, bella y honesta, en su sonrisa tímida pero perfecta, en sus palabras tan acertadas y en la hermosa manera de atraparme una vez más. Y a pesar de que ni en ese sueño podía descifrar su nombre, no quería en vano olvidarla, porque algo tenía que no podía alejarla de mis pensamientos, ni aún dormido.

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-  Euge: ey Lali, despertate dale –intentaba despertarla-

-  Lali: déjame un ratito más –se dio vuelta-

-  Euge. No, dale Lalo levántate que tenes que ir a tu entrevista de trabajo.

-  Lali: ¿qué? ¿cómo? ¿dónde? ¿cuándo? –se giró una vez más lo que provocó que se cayera de la cama- estoy bien –dijo estirando el brazo-

-  Euge: -riendo a carcajadas- dale boluda levántate que vas a llegar tarde.

-  Lali: voy vieja –dijo mientras se levantaba del piso con los pelos todos parados-

-  Euge: no soy tu vieja pero dentro de poco te voy a tener que adoptar no más, nada podes hacer sin mi parece –sonrió- dale tarada entra a bañarte que te busco la ropa mientras Gas hace el desayuno.

-  Lali: ay son unos genios –corrió sobre la cama y le dio un beso a su amiga- en 15 estoy –fue una vez más corriendo al baño-.

Mientras me bañaba no paraba de pensar en el hermoso sueño que tuve con el chico que me ayudó hace un tiempo, cuando me robaron. Fue demasiado sideral porque era tan distinto...

Todo estaba ambientado en una mansión de tal vez algún rey, pero hace como mínimo 3 o 4 siglos antes. Él estaba vestido muy elegante, al igual que yo, y ambos hablábamos de manera muy rara. Lo único que recuerdo a ciencia cierta, es que bailamos, y a pesar de nunca haber escuchado ese compás lo seguimos a la perfección, como si lo hubiéramos practicado toda la vida.

Y aunque nada se ve más alejado de la realidad, lo sentí tan vívido que me parecía estar en ese lugar, alumbrado con lujosos candelabros, con gente de la alta alcurnia hablando y sonriendo falsamente. Pero nada fue más sorprendente y hermoso que sentirlo cerca de mí respirando suave y sereno, mirándome con esos ojos dulces y tiernos, con su risa verdaderamente bella y sintiendo su aroma a hombre. Y fue tan sorprendente, porque hasta ahora lo he visto sólo una vez y ni siquiera sé su nombre, pero todas las noches sueño con él y cada vez que lo siento cerca de mí es como si el corazón empezara a latir con la rapidez que jamás experimentó, acompañado de sudor en las manos y unas sensaciones extrañas en la panza. Si estuviera Ana Laura, podría explicarme bien qué es lo que estoy sintiendo.

-  Gastón: -golpeando la puerta del baño- dale Lali que se te hace tarde, apúrate

-  Lali: si ya salgo –esperó que él se fuera y salió corriendo a cambiarse y cuando estuvo lista corrió a la cocina- listo, me voy.

-  Euge: para, desayuna primero y después vas, total te queda tiempo todavía.

-  Lali: dale –sonrió y se sentó en la silla- qué rico se ve todo, son unos genios, gracias.

-  Gastón y Euge: no es nada –contestaron al unísono y se empezaron a reír-

-  Lali: -rió- bueno ahora si me voy –tomó un sorbo de café y tomó una tostada-

-  Gastón: tranquila vas a llegar a tiempo, si no es lejos –sonrió- además yo te acompaño.

-  Lali: no te molestes, yo voy sola.

-  Euge: déjalo que te acompañe –sonrió y le giñó el ojo a su amigo mientras recordaba la conversación que tuvo con él-

-  Lali: ok está bien –aceptó sin muchas ganas mientras terminaba de desayunar-

-  Gastón: bueno yo ya estoy, cuando acabes de desayunar vos también, te acompaño –se levantó y fue por un abrigo-

-  Lali: ok –esperó que él se fuera- ¿qué fue ese giño? –le preguntó a Euge-

-  Euge: ¿qué giño? –se hizo la tonta-

-  Lali: vos sabes qué giño, dale no te hagas la boluda porque te vi –tomó el último sorbo de café-

-  Euge: nada, es que Gas quiere acompañarte, porque… -pensó-

-  Gastón: ¿ya estás? –interrumpió con una gran sonrisa-

-  Lali: mmm sí… me pongo un saco y ya vamos –pasó por al lado de ella y le susurró: ya vamos a hablar vos y yo…-

En cuanto bajamos del departamento a Gastón se lo notaba nervioso, como si quisiera decir algo y no pudiera, y a cada paso se lo notaba más deseperado y hasta creo que podía sentir su respiración en mis oídos de lo acelerada que estaba.

-  Lali: Gas ¿te pasa algo? –lo miró mientras salía del edificio-

-  Gastón: sí, pasa que hay algo que tengo que decirte, y no me sale, o sea no sé cómo empezar…

-  Lali: ¿desde el principio? –sonrió- dale afloja, respira hondo y contame, no debe ser nada del otro mundo seguro.

-  Gastón: -respiró hondo mientras cruzaban la calle- a ver… ¿vos te acordas hace un par de años que yo te conté que me gustaba una chica pero que nunca me pude animar a decírselo? –ella asintió- bueno ahora… me pasa lo mismo y no sé qué hacer porque la chica es tan perfecta que no sé si me merezco su amor...
- Lali: vos te mereces el amor de cualquier mujer amigo –sonrió- lo que no creo es que todas merezcan tu amor, porque tenes un corazón muy noble y bueno… en fin –lo miró atento- ¿quién es esa chica? ¿la conozco? ¿o es de por acá? No me digas que es de la clase de canto a la que vas, me muero qué rápido ¿y cómo es? ¡Habla! –sacaba conclusiones y hablaba tan rápido que no lo dejaba hablar a él-

-  Gastón: -sonrió- bueno… la chica no es de ahí, la conozco de otro lado y es hermosa, divina, única y canta y baila como los dioses, me vuelve loco…

-  Lali: -interrumpió- perdón amigo, me seguís contando después ¿dale? Es que ya tengo que entrar –le dijo parada en frente del local-

-  Gastón: ay sí, hablamos después no te preocupes –dijo rendido ya que no le pudo decir lo que sentía-

Me quedé un poco mal por cómo le corté la conversación a mi amigo, pero tenía mi entrevista y debía ingresar, porque necesitaba sí o sí ese trabajo si queríamos seguir con nuestro viaje.

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-  Tincho: dale viejo, en algún momento tenes que volver a la cancha, por lo menos anda a ver el partido.

-  Peter: no sé Tincho, no estoy preparado aún –entró-

-  Tincho: a tu viejo le encantaría que estés de seguro, era lo que más amaba hacer, ir a la cancha con vos, dale viejo –le insistía mientras buscaba una mesa- vení acá –se sentó en una mesa vacía-

-  Peter: ok, dale –se sentó- che ¿qué es este lugar? Nunca habíamos venido acá…

-  Tincho: no sé, ya que pasábamos por acá, me dije a mí mismo, ¿por qué no entrar? Si no es buena la atención no volvemos y listo.

-  Peter: bueno, está bien –miró el menú sin muchas ganas- ah ¿sabes algo de Pepo? O ¿Franco sabe?

-  Tincho: yo no, ni idea, ya no va más por casa, pero le pregunto a Franco si queres –lo miró preocupado- ¿aún no te habla?

-  Peter: no, y tiene razón, yo lo terminé matando al viejo, no supe más que darle disgustos y cuando más me necesitaba no estuve con él…

-  Tincho: ey –puso una mano sobre el hombro de su amigo- deja de darte manija con eso, tu papá también fue joven y seguro también tuvo su momento de rebeldía y te entendía. Él te amo demasiado así que no hay nada que lamentarte y con Pepo ya se van a arreglar las cosas…

-  Peter: eso espero… -levantó la mirada y la vio- jódeme, mira ahí está la chica de la que te hablé.

-  Tincho: ¿posta es ella? –la miró y levantó la mano para llamarla- ahí viene –lo miró- trata de ocultar la baba.

-  Peter: ¿qué baba? Deja de hablar pavadas…

-  Lali: hola ¿qué van a querer de desayuno?

-  Peter: hola –sonrió y la quedó mirando-

-  Lali: -levantó la mirada- ¿vos?

-  Peter: sí yo –sonrió- me olvidé de presentarme el otro día, fui un maleducado, soy Peter –le pasó la mano- ¿vos sos?

-  Encargada: vos… vení para acá, tenes que llevar unos pedidos –la tomó del brazo-

-  Lali: pero… yo le estaba tomando los pedidos a los chicos… -murmuró-

-  Encargada: sí, perdón, ya viene otra camarera a tomarles la orden –se disculpó y se llevó a Lali-

-  Tincho: disculpa –paró a otra camarera- ¿podrías tomarnos las ordenes?

-  Camarera: sí, díganme…

-  Peter: -no emitía palabra y sólo miraba a su amigo-

-  Tincho: si tráeme dos submarinos con medialunas y…

-  Camarera: sí, ¿qué más? –esperaba para anotar-

-  Tincho: ¿sabes el nombre de la chica que nos vino a atender antes?

-  Camarera: no, disculpa, es que la chica empezó hoy y como es nueva la tienen de acá para allá a todos lados y aún no nos pudimos presentar.

-  Tincho: ah, bueno gracias eh –sonrió y ella se retiró- qué mala suerte tenes man, igual la peti se parte eh…

-  Peter: no le digas Peti.

-  Tincho: ay, sorry ¿ya te molesta que la llame así? ¿ya estás enamorado? –empezó a bromear-

-  Peter: ni ahí –sonrió- pero se nota que es un gran chica ¿no? Me gustaría conocerla.

-  Tincho: … y llevártela a la cama –completó la frase-

-  Peter: no, nada que ver. Y aunque no te niego que me atrae me gustaría conocerla en serio.

-  Tincho: no entiendo, porque no es el tipo de mina con la que saldrías, pero tal vez una solución sería que la esperes a que salga de trabajar y hablas con ella.

-  Peter: no –pensó- no, no. Sería como que la acoso.

-  Tincho: bueno… volvemos mañana entonces, por ahí tenes suerte y la ves…

-  Peter: tal vez...

FIN DEL CAPÍTULO III

Bueno bueno, perdón a todos por la demora, pero realmente no pude publicar antes porque ando en época de parciales y no tengo mucho tiempo y no tendré mucho tiempo para subir seguido hasta después del 20, así que espero que sepan entender.

Por otro lado qué capítulo ¿no? De a poco van a ir entendiendo el valor de los sueños que tienen ambos y lo de saber sus nombres ya va a ocurrir muy prontito.

También les agradezco un montón los hermosos comentarios que me van dejando tanto acá como en el twitter. Son unos genios; y como se merecen un montón, ya cuando esté más libre con el estudio les voy a hacer algún regalito...

Y bueno nada, me despido por hoy. Que tengan una buena noche y ya saben, comentarios, dudas, correcciones, o lo que sea lo dejan acá debajo o en mi twitter @Yesi_xsiempreTA. Nos leemos pronto. Besos